Este estudio evidenció que la población rural de América Latina y el Caribe, sufre una profunda brecha digital, agudizada por la recesión provocada por la pandemia de covid -19, ya que el porcentaje de conectividad es tan solo del 36.8%.
Durante el evento, los ministros y expertos que participaron afirmaron que la inclusión digital y la conectividad son asuntos impostergables para la región. Por su parte, Manuel Otero, director general del IICA, recalcó: “no hay transformación posible de la agricultura sobre bases genuinas de sostenibilidad, de competitividad y de inclusión social”.
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Luis Basterra, destacó la importancia de una mayor digitalización y resaltó “la educación y el acceso al conocimiento es el nuevo rostro de la justicia social”; quien además añadió: “hay un sinnúmero de actividades que se tornan viables a partir de la oportunidad que genera ser parte de la red y muchas de ellas quedan fuera si no lo tienen”.
De otro lado, Fernando Schwanke, secretario de Agricultura Familiar y Cooperativas de Briasil, comentó que la inclusión es una palabra clave a la hora de desarrollar las políticas, ya que "la conectividad es el medio, la inclusión de millones de agricultores es el fin".
El director senior de Educación para Microsoft Latinoamérica, Luciano Braverman, enfatizó en que una población conectada "tiene muchísimas más oportunidades" para generar ingresos, acceder a conocimientos y servicios e impulsar la educación.
Por su parte, Marcelo Cabrol, gerente del rea Social del BID, planteó la necesidad de pensar qué retos se presentarán una vez se supere el problema de la conectividad, y que identificó como la dificultad de acceso al equipamiento, disponer de los contenidos adecuados y la educación para utilizar dichos contenidos.
Para Otero, "no hay transformación posible de la agricultura sobre bases genuinas de sostenibilidad, de competitividad y de inclusión social" si no construyen puentes entre lo urbano y rural.