El pasado 12 de agosto se lanzó, a través de un webinario, el informe denominado “Evaluación rápida conjunta sobre el fortalecimiento de los sistemas de innovación agrícola en África, Asia y América Latina”, que resume los hallazgos que surgieron en el marco del proyecto Plataforma de Agricultura Tropical – Sistemas de Innovación Agrícola (TAP-AIS por sus siglas en inglés), implementado por la Oficina de Investigación y Extensión de la FAO y financiado por la Unión Europea a través de la iniciativa DeSIRA (Desarrollo de la innovación inteligente a través de la investigación en agricultura)

La consolidación de los hallazgos y la síntesis global para el informe fue realizada por Tim Chancellor, del Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich, coordinada por Delgermaa Chuluunbaatar, Oficial de Extensión Agrícola de la FAO, y Manuela Bucciarelli, Especialista en Desarrollo de Capacidades y Monitoreo de la FAO. Además, contó con la supervisión de Selvaraju Ramasamy, jefe de la Unidad de Investigación y Extensión (OINR).

Además, en este proyecto participaron también varios consultores e investigadores, así como organizaciones de Asia, África y América Latina, entre los que destacan: el Foro de las Américas para la Investigación y el Desarrollo Tecnológico Agropecuario (FORAGRO), Samson Eshetu del Foro Africano de Servicios de Asesoramiento Agrícola (AFAAS), Martina Spisiakova de la Asociación de Asia y el Pacífico de Instituciones de Investigación Agrícola (APAARI), Nimisha Mittal y Rasheed V Sulaiman de la Red de Servicios de Asesoramiento Rural de las Islas de Asia y el Pacífico (APIRAS), Viviana Palmieri y Fernando Barrera del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Krishan Bheenick del Foro de Investigación Agrícola en África (FARA) y Francisco Aguirre de la Red Latinoamericana de Servicios de Extensión Rural (RELASER). 

Durante el webinario, en el que participaron los consultores e investigadores, se presentaron los desafíos y oportunidades que se presentan en la innovación, especialmente a través de la mejora de las capacidades funcionales y las formas en que las organizaciones regionales, globales y nacionales pueden apoyar esta tarea desde los enfoques y herramientas de la TAP. Adicionalmente, en el informe se hace evidente que una de las principales causas del bajo rendimiento de los sistemas de investigación e innovación en agricultura tiene que ver con la baja financiación a las actividades de investigación y extensión.

Por otro lado, el informe señala cómo las instituciones públicas han tardado en dar respuesta a los cambios y políticas al respecto. A pesar de que hay una voluntad de los gobiernos nacionales para apoyar estas iniciativas o normativas, las instituciones públicas aún tienen estructuras rígidas y lineales para abordar la investigación y la innovación, además, existe una falta de capacidad para la cooperación entre instituciones de investigación e industria, y contados ejemplos de colaboración público-privada que han sido eficaces. 

Otro de los desafíos que presenta el informe tiene que ver con el género, la juventud y la diversidad, lo que propone desafíos relacionados con el sistema educativo, especialmente con la educación superior, pues a menudo son las responsables de motivar o desmotivar a las generaciones más jóvenes de participar en la investigación y la innovación. Por lo anterior, se hace necesario revisar los planes de estudio, algunos ya obsoletos, y determinar de qué manera se limita el aprendizaje experimental en la estructura formativa, lo que ha resultado en una brecha significativa entre las habilidades con las que los estudiantes se gradúan y las habilidades que requieren para enfrentar la realidad y que están siendo demandadas por los empleadores o los contextos que se insertan en la realidad social. 

Podrás encontrar el informe completo, en inglés, dando clic aquí: http://www.fao.org/documents/card/en/c/cb5995en

Por: RELASER