De los 1 200 millones de jóvenes en el mundo de edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, cerca de 1 000 millones viven en países en desarrollo. Su número crece hoy a un ritmo mucho más rápido en los países de bajos ingresos que en los de ingresos más altos, especialmente en las zonas rurales. De hecho, los jóvenes del medio rural representan alrededor de la mitad de toda la población joven de los países en desarrollo. Esta población joven en crecimiento encierra un enorme potencial. Invertir en los jóvenes puede producir resultados inconmensurables en la reducción de la pobreza, la generación de empleo y la seguridad alimentaria y nutricional puesto que ellos son, al fin y al cabo, los agricultores, los trabajadores y los empresarios del futuro. Su energía y dinamismo son necesarios para transformar los sistemas alimentarios y las zonas rurales. Sabemos que tienen la capacidad para ayudar a alimentar al mundo y por ende resolver uno de los más grandes desafíos mundiales. Estos jóvenes, mujeres y hombres, son fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030 e indudablemente para el futuro de nuestro planeta.