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*Artículo publicado inicialmente en el portal Agronegocios 

Si hay algo que está de moda es el uso de materiales orgánicos en aras de proteger el medio ambiente. Un ejemplo son los herbicidas ecológicos o bioherbicidas, los cuales cumplen las mismas funciones de los herbicidas convencionales, salvo que no tienen efectos secundarios ni en los cultivos ni en el medio ambiente.

La erradicación de las malezas y la preparación de la tierra en la agricultura siguen siendo la hoja de ruta de los bioherbicidas, así que expertos apuntan que estas sustancias ecológicas son una alternativa eficaz para la erradicación de cultivos de coca.

Cabe resaltar que en 2015, como resultado del estudio de un informe de la Organización Mundial para la Salud (OMS), fueron suspendidas las aspersiones con glifosato para la erradicación de cultivos de coca, pues en el informe la OMS calificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos”.

El bioherbicida hace que el reemplazo de cultivo pueda hacerse sin problema, con los herbicidas esta labor se complica porque después de la aspersión, los cultivos sufren daños a tal punto que sembrar de nuevo puede llegar a ser inviable.

Lenda Nieto, exinvestigadora del ICA, dijo que los bioherbicidas no tienen incompatibilidad alguna con los herbicidas sintéticos o químicos, no se inhiben. La aspersión más óptima para los cultivos puede ser por drones, por fumigadora de espalda o avioneta.

Nieto explica que “el bioherbicida apenas llega, se posa en el tejido de la planta y empieza a actuar a las tres o cuatro horas y la planta va tornando su color a café. Mientras que, con el glifosato, empieza a verse el efecto en la planta a los diez días porque la planta debe tomarlo por la savia, subirlo por el dilema hasta que penetre en toda la planta”.

La razón por la que sucede este evento es porque el bioherbicida entra en contacto directo con la planta y el herbicida es sistémico.

Los bioherbicidas son extractos de diferentes plantas, como los geráneos o la ortiga, ya que producen alelopatía a otros cultivos. Esto, en términos más castizos es que hacen que las plantas que reciben la sustancia por medio de la aspersión, se mueren sin afectar los cultivos aledaños.

“Hay que tener en cuenta los planes de manejo integrado de plagas y enfermedades porque los bioherbicidas normalmente tienen que ser empleados como elemento integrador de un plan de manejo, agregó Deivis Suárez, coordinador de Investigaciones de Uniagraria.

Biológicos, ecológicos y orgánicos

Son palabras que son más comunes de lo que parecen en la actualidad pero que se diferencian entre sí. Los productos biológicos, para comenzar, son aquellos que no tienen ninguna manipulación genética y luchan por la conservación de la biodiversidad. Mientras que, los productos ecológicos son los que se utilizan para las mejores prácticas del medio ambiente, un ejemplo de ello es el uso de los fertilizantes naturales.

Por último están los productos orgánicos, aquellos que reemplazan en su proceso la producción de cualquier elemento químico o natural de un pesticida. Usan extractos de las plantas.