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*Artículo publicado inicialmente en Interempresas.net 

“Los robots en el agro avanzan. ¡No hay quien los pare!”. Así se expresó el CEO de una empresa de tecnología en una ponencia sobre transformación digital. Esto, que hasta hace muy poco sonaba de ciencia ficción, hoy, se repite una y otra vez en los diferentes foros y mesas sobre nuevas tecnologías para el sector agropecuario. Por un lado tiene una cuota de verdad, la automatización amenaza con quedarse con buena parte de los empleos del campo, que hoy desarrollan trabajadores y profesionales del agro. Se estará preguntando: ¿Habrá lugar para mí en los próximos años? No es el único. La gran mayoría, cuando vemos a la velocidad que avanza todo, nos planteamos lo mismo. Y es que, cuanto más leemos y escuchamos, más cerca sentimos la incertidumbre respecto a nuestro futuro laboral. ¿Se destruirán más trabajos de los que se crearán, o será al revés? Sentir desazón y miedo ante un futuro laboral, es poco positivo. Hoy quiero contar que existe otra mirada, mucho más optimista, y es la que comparto en este artículo.

La burbuja de las nuevas profesiones del agro

Aunque muchos hablan de 'la burbuja de las nuevas profesiones del agro', la economía y el desarrollo digital hacen que emerjan nuevas empresas. Estas crean necesidades nunca vistas en el campo y potencian perfiles tecnológicos que ya existen. Y aquí viene lo bueno. También generan actividades inéditas que nos abren camino hacia nuevas oportunidades laborales.

“Nos espera un gran desafío que tardará en encontrar su equilibrio”. El reto que tenemos los que estamos comprometidos con el campo es evitar que la burbuja de las nuevas profesiones del agro crezca. ¿Está conmigo? La meta tendría que ser que los perfiles laborales que emergen, paso a paso, se vayan consolidando como una actividad sostenible, que perduren en el tiempo, y no como simples funciones o de un solo uso.

Ya sabemos que las profesiones agropecuarias que tienen éxito hoy, no existían hace 15 años y que los que triunfarán dentro de cinco años todavía no han aparecido...

Un profesional del conocimiento

La tecnología agrícola ha revolucionado por completo la forma de gestionar y entender las actividades y procesos agropecuarios y la manera de hacer agronegocios. Ahora, la clave no es solamente tener una buena idea o un buen CV. Tampoco vale seguirse refugiando en un curso de ventas y de office. Es muy importante que pueda adquirir las competencias, habilidades y el conocimiento de tecnología agrícola y management. Mantenerse actualizado.

¿Por qué? Porque no se pueden aplicar a los problemas que hoy se presentan en el campo, las soluciones y técnicas de hace 5 años atrás. Y ahora que ya va entendiendo de qué va esto de la era digital, seguro se ha dado cuenta que debe reaprender constantemente. Decir que vivimos en época de cambios, o, mejor dicho, un cambio de época, poco aporta. ¿Va a seguir dando la espalda a esta gran revolución tecnológica? Siento decirle que si adopta esta postura y piensa que es algo pasajero, que para su explotación agrícola no vale o que falta mucho para ello, es la peor forma de prepararse para las oportunidades laborales que se aproximan. Además, se pierde las ventajas de estar alerta y disponer de soluciones para cientos de inconvenientes que no hace mucho nos encontraban desprevenidos.

Tengan en cuenta que, actualmente, las posibilidades están abiertas a todos, sin importar la geografía. No competirá solo con los profesionales de su zona, sino con todos los profesionales del agro del mundo.

Estamos viviendo la colisión de tres grandes mareas: la hiperconectividad, la aceleración tecnológica y la irrupción de millones de personas al mundo emergente. Tiene que reaccionar de inmediato y entender que este choque dividirá a los profesionales del agro en dos, los que están preparados y los que no lo están. Esto determina el ecosistema agroalimentario que viene. Distinto, competitivo y lleno de oportunidades laborales, en el que sobrevivirán quienes mayor capacidad de adaptarse al cambio tengan.

Un argumento que escucho muy a menudo en mis consultorías y en espacios de networking, es que, cuando se piensa en los próximos 10 años, muchos dicen que irá creciendo como los últimos 10 y así visualizan los cambios. ¡Preste atención! Esto ocurriría si los cambios tecnológicos fuesen lineales, pero, no lo son. Los cambios tecnológicos son exponenciales. La velocidad con la que se van dando los acontecimientos implica que debas repasar tu rumbo en menores lapsos de tiempo y reaccionar de manera ágil frente a ellos, adaptarse.

Y en esto no queda otra que formarse. El conocimiento será una de las principales herramientas de la que disponga. Lo de ser experto en un solo tema ya no tendrá futuro. Tendrá que ser un profesional que combine habilidades y cualificaciones en diferentes disciplinas. Y ahora que tiene claro esto, puede ponerse a pensar por dónde empezar a formarse.

Adaptarse a los cambios tecnológicos o cerrar la tranquera

Para mantenerse en el mundo laboral del sector agropecuario no queda otra opción que reciclarse. En este escenario ya existen nuevos empleos, otros que se generarán y algunos incluso, todavía no existen, ni están pensados. Se que te resultará gracioso, pero es más real de lo que se imagina. Es muy probable que su puesto de trabajo aún no haya sido creado, pero debe formarte para acceder a él.

Mencionar internet, robotización, inteligencia artificial o Big Data aplicado al sector agrícola, enciende las alarmas por la destrucción de puestos de trabajo que puede suponer. Tenemos por delante una redefinición de los puestos de trabajo y de los procesos del negocio. Es momento de reinventarse, reorientar o buscar una alternativa profesional.

El mercado tecnológico del agro demanda perfiles multidisciplinares. Profesionales agropecuarios con formación en ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas, orientados a un perfil más técnico, con habilidades extra.

El profesional del futuro deberá tener competencias como el trabajo colaborativo y en equipo, resiliencia, inteligencia emocional, gestión del tiempo, razonamiento analítico, capacidad de encontrar, filtrar y dar prioridad a la información y saber resolver problemas con el liderazgo. Identificar temprano los riesgos y las oportunidades.

El campo ha experimentado una importante evolución en procesos agroindustriales y áreas tales como la trazabilidad, seguridad y calidad alimentaria, exportaciones, ventas por Internet. En pocas palabras, se ha profesionalizado.

Podemos visionar que dentro de 10 o 20 años muchos trabajos y actividades del campo dejarán de ser lo que son hoy. Esto mismo ya ocurrió durante la revolución industrial o durante el inicio del boom tecnológico. Si alguien me preguntaba hace 15 años atrás, si ser youtuber era un trabajo, tenga por seguro que decía que no. Sin embargo, hoy ya es considerada una profesión como cualquier otra.

Con esto me refiero a que, tenemos que ser más permeables y aprender cosas nuevas, ser receptivos y adaptarnos constantemente a los contextos cambiantes y a lo que el futuro del agro demande.

Tendencias laborales para los profesionales del agro

Las tendencias laborales son muchas, algunas más sólidas y otras por consolidarse, pero lo que sí es seguro, es que existen muchas posibilidades para los profesionales del agro. Nacen y se potencian nuevos perfiles, en el ámbito digital y real. Enumero solo algunas de un sinfín de ellas. La mayoría dentro del ámbito de las tecnologías de la información.

- Experto en modelos predictivos

- Gestor de residuos

- Bioinformática

- Gestor de Innovación

- Genetista

- Programación informática aplicada al sector

- Responsable de automatización

- Ingeniero logístico

- Piloto de drones especializados en el sector agrario

- Biotecnólogo

- Nanotecnología

- Todo las áreas de la Agricultura Digital

- Gestor de comunidades online

- Gestor de calidad, seguridad y riesgos alimentarios

- Técnicos ambientales

- Sector TIC

- Científico de datos agropecuarios

¿Qué lugar voy a ocupar, si ya me reemplaza una app?

Insisto en esto porque lo considero fundamental. Los profesionales agropecuarios de hoy se tienen que reinventar si lo que quieren es asegurarse un puesto de trabajo para 2030. Esto no tiene que ver solo con tractores autónomos o drones, sino con una forma diferente de emprender una realidad digital, cubrir necesidades y crear nuevas profesiones a partir de la conjunción de las más tradicionales.

Las empresas del agro también tendrán que adaptarse a los nuevos contextos, en las que van a dejar de ser las protagonistas absolutas. Con tanta información, tecnología y predicciones, realmente todavía no sabemos bien donde insertarnos, qué lugar ocupa el profesional del agro en esta escalera digital que no para de sumar escalones.

En mi opinión, hay un proceso clave en donde la labor del profesional del agro es fundamental. Hablo de aplicar la inteligencia agronómica. Un dato o muchos datos no sirven de nada por sí solos. Hay que aplicarle inteligencia para transformarlos en información. Y es ahí, también, donde toma valor nuestro trabajo. Bajarlo al terreno, rumearlo, dejar decantar y sumar algo que las máquinas y robots no tienen, la creatividad y nuestra capacidad de colaboración.

Los profesionales del agro tienen la flexibilidad para tomar herramientas y potenciarlas. El mundo digital del agro y el real se aproximan a un futuro laboral, que está mucho más cerca de lo que algunos pueden imaginar.

También existen otras aficiones que van a dar lugar a nuevos profesionales del agro. Nace el agro chef, una combinación de agricultor y cocinero. Ellos trabajarán juntos en el desarrollo de nuevas semillas, de nuevos cultivos basados en la demanda del consumidor del futuro y que serán cultivados para hacer volar la creatividad del chef. Enfocados en la calidad y no en la cantidad.

Y, no podía faltar el organizador de la agrocomunidad online, interna y externa, quien gestionará el ecosistema online de la empresa. Por supuesto, será necesario un responsable de experiencia (CExO). Un encargado de monitorear una gran amplitud de funciones, marketing, ventas, pasando por recursos humanos, quien será el responsable de todas las experiencias, tanto de los trabajadores como de los clientes, y, por ende, medir y analizar su impacto.

El campo está viviendo sus mejores momentos para aquellos que sepan aprovecharlo. Pero también es el peor momento para los que no hagan nada, para los que no intenten innovar o se resistan al cambio porque piensan que no hace falta algo nuevo.

¿Lo escucha? Ya ha sonado el despertador. Todo es una cuestión de actitud y acción. Levántese, el tiempo no se regenera.

¿Está listo para lo que viene? Anímese y prepárese para ello.