Desde el año 1960, o quizá desde hace muchos más años, pero especialmente a partir de esta década, la preocupación por invertir en capital humano, es decir, en el potencial de cada individuo, ha ido en incremento, entendiendo la gran necesidad que se tiene de generar más inversión en las personas y no solamente en la infraestructura y la tecnología. Esta inversión en capital humano se da en tres dimensiones que son igual de importantes, pero que no han sido vistas con el mismo nivel de importancia: la primera de ellas es la técnica, que significa invertir en la formación en conocimientos y habilidades técnicas para la mejora de procesos; la segunda se refiere al fortalecimiento de las habilidades gerenciales; y la tercera que aborda capacidades relacionales, también conocidas como blandas.
Entonces se hace importante reconocer de qué manera la inversión en capital humano agrícola puede contribuir también al desarrollo de las comunidades rurales y sus territorios, lo que tendrá un impacto en los sistemas agroalimentarios y en la superación de la pobreza en la ruralidad. Por lo anterior, el estudio Global sobre inversiones en capital humano agrícola realizado por el Centro de Inversiones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en conjunto con el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), arroja luces sobre el camino que debe recorrerse para asegurar mayor financiación a los programas de fortalecimiento del capital humano, siguiendo las tendencias y tomando en cuenta las necesidades específicas de cada uno de los contextos allí estudiados.
Cabe resaltar que, a partir de este estudio, es posible identificar de qué maneras se ha trasladado el foco de atención en la finca, como espacio geográfico en el que se desarrolla la actividad agrícola, a la familia, como la unidad base de estudio de los procesos agrícolas, pues allí se logró visualizar de qué manera al interior de las familias se transmiten los conocimientos y se fortalecen los procesos, así como ver las formas en que campesinos, campesinas y jóvenes se ven dentro de las estructuras rurales, como por ejemplo la necesidad de mejorar los procesos de empoderamiento de las mujeres en la ruralidad o la necesidad de promover mejores condiciones de vida en el campo para que los jóvenes continúen proyectándose dentro de este contexto a futuro. Estas nuevas formas de ver la ruralidad han permitido generar visiones holísticas que involucran el enfoque de género, la pluralidad y la diversidad como enfoques necesarios para abordar.
Sin embargo, el impacto que tiene la inversión en capital humano no es medible en igual forma que la inversión en infraestructura y tecnología, y esto ha llevado a que se pierdan oportunidades para el fortalecimiento de las capacidades de los trabajadores rurales para afrontar los desafíos que el gran crecimiento tecnológico trae consigo. Los jóvenes son un claro ejemplo de estos cambios, pues ser nativos digitales y, por ende, tener una relación diferente con la tecnología, les ha permitido moverse libremente entre contextos diversos, es decir, por ejemplo un joven hoy puede tener mayores facilidades para la multitarea; en la mañana pueden encontrarse estudiando en la universidad, en la tarde puede desarrollar actividades agrícolas junto a sus familias y en la noche encontrarse en una reunión o evento social y moverse bien en los tres contextos.
Lo anterior demuestra que fortalecer tanto las habilidades técnicas, como las gerenciales y relacionales de un individuo, tiene un impacto en el desarrollo de las personas, lo que a su vez denota un beneficio para sus contextos inmediatos, para la ruralidad. Desde el Centro de Inversiones de la FAO se contribuye a la toma de decisiones basadas en evidencia que pueden ayudar a las organizaciones internacionales, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, y nacionales de cada país, como los Bancos Centrales, para promover la inversión en el sector agropecuario, y para crear una demanda de inversiones en las personas basadas en evidencia recopilada en nuestras investigaciones; contribuir al mejoramiento de las estrategias e inversiones en capital humano en cada uno de los países y hallar formas de medir los impactos de estas inversiones para aseguras su sostenibilidad en el tiempo.
Esto se puede ver claramente en algunos de los casos de los países que participaron del estudio global, como por ejemplo en Colombia, en donde la Institucionalidad ha recabado recursos importantes para el desarrollo del capital humano agrícola: tal es el caso de Fedegan, la Federación Nacional de Ganaderos de este país, que ha logrado conectar a más de 20.000 ganaderos de todo el país a través de WhatsApp para poder brindar servicios de extensión rural y fortalecer sus capacidades organizativas.
Dado lo anterior, me gustaría invitarles a conocer la iniciativa Conocimientos para la Inversión (K4I por sus siglas en inglés) cuyo objetivo es aportar una voz sólida y fundamentada en las evidencias que permita a las instituciones (Instituciones financieras, divisiones técnicas, centros de investigación e innovación, entidades públicas y privadas) ajustarse a las necesidades actuales para la inversión y brindar soluciones prácticas para una alimentación y agricultura sostenibles. Dentro de nuestras publicaciones se podrán encontrar con guías para la inversión, hitos de inversión nacional, conjuntos de herramientas para la inversión y notas de inversión. Pueden conocer más en nuestra página de K4I (https://bit.ly/FAO-K4I)
Por último, quisiera invitarlos a conocer más a profundidad al Centro de Inversiones de la FAO y el estudio global para el Desarrollo del Capital Humano Agrícola que estará publicando sus resultados y casos a lo largo de los siguientes meses. Hasta el momento se han publicado tres (3) de los casos estudiados en diferentes países (Caso Chile: https://bit.ly/FaoInvestmentCasoChile, Caso Perú: https://bit.ly/FAOInvestmentCasoPerú y Caso Kenia: https://bit.ly/FAOInvestmentCasoKenia). Para estar atentos a las siguientes publicaciones les invito a visitar nuestro sitio web https://bit.ly/FAOInvestment y, finalmente, invitarles a la reflexión frente una de las frases preferidas de nuestro director Mohamed Manssouri: “La calidad y cantidad de las inversiones hechas hoy forman el impacto y los resultados del mañana” pues debemos tener presente que una inversión es un sacrificio que se hace hoy para obtener un beneficio mañana.